POR RAY
Uno de esos géneros propios que tanto molan
son los “narcodramas”, esas pelis de acción con tintes de melodrama que
ensalzan a los narcos y a sus sicarios hechas a mayor gloria de los hermanos
Almada.
La estrella de la
“2ª división del narcodrama” era Eleazar García Jr., “el chelelo Jr.”
(1957-2011). Eleazar hacía películas para vídeo como churros, en 2004 llegó a
protagonizar nueve filmes. Una buena muestra de su obra es “Les cortaron las
cabezas por culeros” (2006).
Dirigida por Miguel
Marte, antiguo director de cine pasado al vídeo, la peli nos presenta a Andrés
“el tucán” (Chelelo Jr.), un sicario solitario y sin escrúpulos que siempre
deja una firma: después de matar, decapita a sus víctimas e incluso a veces
deja una advertencia.
Andrés llega a Michoacán para realizar una
serie de trabajos y como va a estar por allí un tiempo decide vivir en una casa
de alquiler. Sus caseros serán Norma y Óscar, un luchador de lucha libre (como
no), que viven en la casa de al lado.
Norma, (Brenda Castro, habitual en la
filmografía de Marte), es una ama de casa bastante atractiva. No es un pibón,
pero tiene su aquel. Hay un momento en el que mientras hace sus labores canta
“Obsesión”, el hit del grupo Aventura.
Mientras Norma
conecta con Andrés, Óscar desconfía. Y esta desconfianza crece a medida que van
a apareciendo decapitados por la zona. Óscar le pide a un amigo policía
judicial que investigue a Andrés.
La peli gira en torno a esos tres pilares: la
desconfianza, la cada vez más cercana relación entre Norma y Andrés y el
trabajo de éste. La trama apenas avanza y la película se hace muy reiterativa,
seguramente hubiera sido mejor material para un corto.
Las escenas más
memorables son aquellas en las que Andrés liquida a una banda musical por encargo
de un narco local, “el Chapo Garrido”, por osar dedicarle una canción a su
figura sin su permiso y cuando Norma cuenta como conoció a su marido.
En ese flashbacks
vemos a Norma en bikini haciendo de azafata de combates y a Óscar, alias “Psycho”,
luchando con su rival al que derrota quitándole la máscara. De forma
innecesaria nos revela que el rival de su futuro marido era el policía judicial
que ahora sigue a Andrés. Lo mejor de la escena es la pobre puesta en escena,
con los intérpretes peleando delante de un fondo salvapantallas.
Andrés acabará revelando su naturaleza y
tratará acabar con la pareja en la anticlimática escena final.
“Les cortaron las cabezas por culeros” es
cine marginal y tampoco se esmera en disimularlo. Los efectos de los disparos
son bastante cutres, tanto como las interpretaciones. En cuanto al guión ya
comentamos su problema de fondo y sus reiteraciones.
Desde luego, no es una
película recomendable para el público mainstream; hay que estar bastante
curtido en el submundo del cine mexicano para soportarla.
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